De esos que nunca mueren.
De esos deseos que hasta sonrojan al mismo demonio.
De esos pensamientos que escandalizan la falsa pureza.
De esa transparencia más desnuda que la piel.
De aquellos sorbos amargos que endulzan.
De aquel dulce que un bocado amarga.
De aquel pecado que te hace sentir vivo.
De esa vida que entierras en cada lágrima.
De ese agua que resucita la vida limpiando la cara.
De aquella voz que te susurra y provoca.
De aquella pasión sin freno.
De esos suspiros de placer que el reloj para.
De esa hora que nunca más separa.