cansancio

Estoy cansada. La vida me supera, y sólo puedo desahogarme ante una pantalla de ordenador y un teclado, (cuán cambiado está el mundo en unos años que del lápiz y el papel ni sombra queda). Quisiera poder entender por qué no puedo escapar de las garras del pasado. Cuando intento huir de algo otros de mis fantasmas me alcanza y así paso el día corriendo de mis recuerdos.
Saliste de mi vida, sí, pero aún la gente que me rodea me achaca males de mi presente que tu desencadenaste en un pasado cercano y que espero que me abandonen en un futuro próximo. Vivo ahogada entre estas cuatro paredes que dicen ser mi hogar.
Todo se me echa hoy encima pero queda algo de esperanza a flote. La usaré de flotador y llegaré a la orilla donde podré empezar a aprender a nadar dejando atrás la marea de recuerdos.

Me encanta el estado de calma en el que me encuentro. lo cierto es que dos años y medio atrás no hubiera imaginado que llegarías a mi vida, me darías todo y en unos meses me lo quitarías todo. Tres meses atrás no hubiera imaginado que mi vida sería mejor sin ti.
Voy conociendo gente que sí que me hace la vida más fácil. Gente que simplemente me hace vivir.
Algún día quizás me enamore para siempre...o quizás no lo haga nunca, pero de algo estoy segura, gracias a ti he aprendido que el amor no debe llevarte a la destrucción.
Hoy solo quiero una cosa, ser feliz!

Giralda

Giralda de mi Sevilla

musulmana y cristiana

con aires de rosa fina

la más bella sevillana.

Nací amándote Giralda

queriendo a ti igualarme

tenerte un día tan cerca

que secretos me contases.

Quisera poder leer

de tus hechuras almohades

conocer tus recuerdos,

que tus piedras me hablasen,

que bajito y susurrando,

al oido me desgranes,

la historia, que tú, guardiana

viviste y la callaste.

¡Cuéntame Giralda!

te prometo no chivarme

dime qué te guardas

deja ya de silenciarte.

Déjame ser aedo

de la historia que me narres,

márcame tú las notas,

márcame tus compases,

que mi papel y mi pluma

cual guitarran te tocasen

que así habla Sevilla

musiqueando cada frase,

que no hay palabra que se diga

sin un compás que la marque.

No tengo prisas Giralda

esperaré a que me hables

sin que tu veleta cristiana

calle tus piedras almohades.