domingo, 11 de septiembre de 2011

Deseo.

Estoy atrapada en los pensamientos que me unen a tu piel. Parece que te huelo y mi piel se eriza. Parece que te rozo y el corazón se me acelera. Parece que te beso y los labios se me humedecen.
Ahora siento tu calor. Tus brazos rodeando mi cuerpo, tus labios recorriendome, nuestras miradas cruzándose.
No tuve un solo momento para pensar mientras te desnudabas. El deseo por unirme a ti era tan grande que únicamente pude ayudarte a despojarte de tu ropa.
Te acaricié casi arañándote. Devoré cada trozo de tu cuerpo mientras te oía disfrutar. Y nos unimos al fin como piezas de un puzzle.
Sólo quería escucharte gemir. Ver tu mirada perdida. Sentir cómo me agarrabas fuertemente uniéndome más a ti. No quería dulzura. Solo pasión.
Ahora sé que no me olvidarás porque sólo pudiste tenerme aquella vez. Porque nuestros cuerpos se buscaron pero nuestros corazones huyeron.
Ahora sé que no hallaré más pasión que aquella surgida del deseo. Que mis pupilas jamás se dilatarán tanto ante nadie.
Nadie podrá ocupar el lugar que ocupaste, porque fuiste sueño de muchas noches y deseo infinito de una.
Siempre nos quedará el lazo de la pasión que no contempla la belleza de un amor puro.

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